La bicicleta, la máquina de la libertad
La
bici compañera de paseos, ocio, deportes o del camino a las
obligaciones diarias, no nació como la conocemos hoy en día. Su
nombre inicial fue draisine
(patentada en 1818),
adoptando así el apellido de su inventor, Karl Drais, inventor e
investigador alemán de comienzos del s.XIX, fue el responsable de la
laufmaschine (máquina de caminar), denominada posteriormente como la
draisine (una bicicleta sin pedales), y que fue la precursora del
velocípedo.
En
1870, John Kemp Starley, diseñó el velocípedo. A la
draisine se le añadió manivelas y pedales en su rueda
delantera y el diámetro de ésta era tres veces mayor que el de la
trasera, consiguiendo así mayor velocidad. Este formato duró
dos décadas hasta la aparición de la primera bicicleta
moderna.
La
primera bicicleta que conectó los pedales y la dirección
con la rueda trasera, fue la Rover Safety, obra de
Starley, consiguiendo finalmente que las dos ruedas tuvieran un
tamaño similar.
Ya en 1890, apareció la bicicleta tal como la conocemos, esto es un decir, hoy en día hay una tecnología y unos materiales tan avanzados en este campo, que con lo de "tal como la conocemos", me limito a referirme a su aspecto físico característico.
Ya en 1890, apareció la bicicleta tal como la conocemos, esto es un decir, hoy en día hay una tecnología y unos materiales tan avanzados en este campo, que con lo de "tal como la conocemos", me limito a referirme a su aspecto físico característico.
¿Cuál
es la influencia de la bicicleta en la liberación de la mujer?
A
finales del XIX, la bici era una auténtica liberación y una
moda. Pero las tendencias femeninas de la época, que se
caracterizaban por el uso de incómodos corsés y largas, y
pesadas faldas, no permitían el correcto uso y disfrute del
artilugio, lo que provocó que la vestimenta femenina sufriera
algunos cambios y con ellos
la aparición del pantalón-pollera.
La
nueva mujer no solo cambió sus vestiduras, ahora con la
posibilidad de moverse sin depender del hombre, había conseguido una
libertad antes desconocida, atrás empezaba ya a quedar la dedicación
exclusiva de ser esposa y madre. Ahora trabajaba fuera de casa y
se involucraba en el movimiento por sus derechos y otros
importantes temas sociales.
Por
supuesto, todo esto generó una gran incomodidad en la sociedad
machista reinante en la época.
Pronto
los médicos descubrieron una enfermedad cuyos síntomas eran:
cara contorsionada por la tensión producida al mantener el
equilibrio en la bicicleta, ojos desorbitados, mandíbula
apretada, cansancio, insomnio. A lo que se añadió, por si era
poco, tuberculosis, dolor de cabeza y depresión.
La
"cara de bicicleta", nombre que recibía esta curiosa
enfermedad, era crónica, pero tras una larga temporada sin utilizar
dicho medio de transporte y diversión, acababa desapareciendo.
Evidentemente era de padecimiento casi exclusivo femenino y se
le sumaba el hecho de que también aumentaba la líbido, cosa
imposible de asimilar en una mujer decente.
Cerca
del nuevo siglo, muchos médicos empezaron a cuestionar
públicamente dicha enfermedad, llegaron a afirmar que el
uso de la bicicleta, tanto en el hombre como en la mujer, podía ser
incluso beneficioso para la salud, qué
osados...
Hoy
la bicicleta no solo es ocio, deporte y un buen regalo para los
peques, también uno de los principales medios de
transportes de muchas ciudades de paises como Alemania, Dinamarca,
Suecia, Holanda, Italia...
Y
de forma muy breve pero con mucho respeto y cariño, esto es todo lo
que voy a decir por ahora de tan polifacético medio de transporte.
Hasta
la próxima.
